Un abrazo asi de gordo para mi hermano Walter Sabbatini al calor de la memoria de esos dos inmigrantes que fueron sus padres: Giuseppe y Adriana. Hermosos padres que supieron ser también míos, brindándome su cariño y su calor y su generosa hospitalidad. A su salud, viva hasta que yo me muera, levanto mi copa y me acuerdo (cuando no) del inefable Armando... ahi va:
Usted partió de aquí,yo de mi tierra
en algún pueblo o niebla nos cruzamos
llegué a su patria, como usted a la mía
entre maravillado y desterrado.
Allá la inmensidad,aquí la añeja
memoria de la sangre que no cesa.
Allá los horizontes desbocados
aquí la vida insomne en su parcela.
Tal vez no exactamente, pero admita
que fuimos despojados por la ausencia.
No importa qué país,qué continente
qué asedio qué ansiedad o qué pobreza.
Usted dejó su tierra y yo la mía
para pisar soñando la tristeza.
Yo se que volverá, que volveremos,
usted a su heredad y yo a mi cielo.
Si en algún puerto o niebla nos cruzamos
deme la mano, hermano,
deme el hermano que estará en su mano,
diciendo que este mundo es un pañuelo.
No importa que país que continente
que asedio que ansiedad o que pobreza
usted dejó su tierra y yo la mía
para pisar soñando la tristeza.
Yo se que volverá,que volveremos,
diciendo que este mundo es un pañuelo.
El mundo es un Pañuelo (Armando Tejada Gómez)
04 septiembre 2008
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