30 marzo 2009

¿SEREMOS SOLIDARIOS?

Esto copio y del blog EL ANTIGAL
Necesitamos de los Blogers amigos
En una de las tantas hazañas criollas, le robaron el violín a Pablo Agri, que para peor, es el heroico violín de su padre, Antonio Agri.
(Nada más para agregar)Detalles: el hecho se produjo en la Estación Esso de Rolón y Panamericana
El estuche tiene forma de empanada (poco común).El Violín tiene en el fondo 4 letras marcadas a fuego fácil de identificar y tiene dos arcos.
Quien pueda obtener algún dato, puede hacerlo llegar inmediatamente al Chat del blog o a la dirección:
jagperiodismo@gmail.com
Inmediatamente les daremos la pauta como comunicarse con Pablo.
DEBEMOS RECUPERAR ESTE VIOLÍN.Será una forma de decir gracias al genial artista que se nos fue y homenajear a quién con talento lo utiliza hoy.

P/D: Pedimos se coloque esta información y pedido en cada blog, para cerrar la posibilidad que el instrumento sea reducido por los vivillos de siempre.

*EL QUE COMPRA COSAS ROBADAS, TAMBIÉN ES UN DELINCUENTE Y LADRÓN.
LA SEGURIDAD LA HACEMOS ENTRE TODOS. SI NOS CALLAMOS, TAMBIÉN SOMOS CÓMPLICES... DESPUÉS NO NOS QUEJEMOS SI NO HACEMOS NADA, COMENCEMOS POR CASA.

14 marzo 2009

ESTO ES COMO PARA COMPARTIR

Por que sí.. escuchando un poco de música, descubro esta versión de un grupo que se llama EL CUARTO ELEMENTO de una zamba de Leguizxamón y Castilla (cuándo no..!) que se llama Zamba De Argamonte.
Yo había escuchado hace mucho (pero mucho eh..?) una versión e Los Andariegos que nunca más...
ahora descubro ésta y tengo la posibilidad de compartirla.´Ahí va. Por que si nomás.
De nada.. buenas tardes. alfio

P.D.: Qué maravilla el youtube, no? Gracias. Y pensar que hay gente que no se por qué me dice "odiar" este sitio. Alla ellos. )a.,)

04 marzo 2009

Un aporte de Martín Rostand

Me cuenta Martín que dice Maitena:

Una mujer alterada no es una loca. Suponiendo que a las mujeres también nos consideren personas. Una mujer alterada es una persona que está cambiando.
Y creo que fue Borges quien dijo que los únicos que nunca cambian son los tontos y los muertos.
Si bien es cierto que una cosa es sufrir un cambio y otra muy distinta es hacérselo sufrir a otros, convengamos que uno cambia cuando no soporta más lo que le pasa, por mucho que les pese a los que no puedan soportarlo.
Así, la que hasta ayer te esperaba despierta, te cambia la cerradura; la que te esperaba dormida, se compra portaligas; la que veía siete telenovelas, se anota en siete cursos; la que manejaba una empresa, se quiere ir a vivir en carpa; la que cuidaba a la suegra como a una madre, la interna en un geriá¬trico; la flaca se pone hecha una vaca y la gorda baja veinte kilos.
En el medio, te van tratando de 'pirada', insatisfecha, ciclotímica, inmadura, egoísta y por supuesto, del peor de los insultos: feminista.
Pero no todo es negro: muchos de nuestros cambios son recibidos con gran alegría por aquellos que nos rodean, como nuestro nuevo marido o nuestro viejo analista.
Y no fue fácil para nosotras las mujeres descubrir que teníamos derecho a cambiar. Por largo tiempo pensamos que lo mejor hubiera sido ser otra.
Hoy, que sabemos que hasta la más superada se come las uñas, estamos más contentas con nosotras mismas. Cambiando lo que no nos gusta y no sólo los pañales o el rouge. Y lo logramos. En estos últimos años las mujeres cambiamos mucho. Antes, sólo estábamos obsesionadas por conseguir un marido.
Ahora además, estamos estresadas por exigirnos logros profesionales, trastornadas por la culpa que nos provoca la maternidad y desesperadas por combatir la celulitis...!!!
ES BUUUENO SER MUJERRRRR porque...
Nos bajamos primero del Titanic...
Podemos asustar a nuestros jefes hombres con excusas de misteriosos desordenes ginecológicos.
Los taxis se detienen por nosotras.
Tenemos la habilidad de vestirnos nosotras mismas y comprar nuestra propia ropa. Podemos hablarle a la gente del sexo opuesto sin tener que imaginárnoslos desnudos.
Hay veces en las que el chocolate realmente puede resolver nuestros problemas.
Nunca nos arrepentiremos de habernos perforado las orejas. Podemos deducir como es alguien con tan solo mirarle los zapatos- Podemos hacer comentarios sobre cuan tontos son los hombres en su presencia porque no están escuchando de todas maneras.
Mujeres: Ellas sonríen cuando quieren gritar.
Cantan cuando quieren llorar.
Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas.
Luchan por lo que quieren.
No toman un 'no' por respuesta cuando creen que hay una mejor solución.
Andan sin zapatos nuevos para que sus hijos puedan tener los suyos
Van al médico con una amiga asustada.
Aman incondicionalmente.
Lloran cuando sus niños sobresalen y animan a sus amigos a que lo hagan.
Se les rompe el corazón cuando muere un amigo.
Sufren con la pérdida de un miembro de la familia, aunque son fuertes cuando creen haber perdido la fuerza.
Saben que un beso y un abrazo pueden curar un corazón herido.
Las mujeres vienen de todos los tamaños, colores y formas. Ellas manejan, vuelan, caminan, corren o escriben por correo electrónico para demostrarte cuánto les importas. El corazón de una mujer es lo que hace al mundo girar.!
Las mujeres hacen más que solo dar a luz: traen alegría y esperanza.
Ellas dan compasión e ideales. Dan apoyo moral a sus familiares y amigos.
Reenvíalo a tus mujeres amigas para recordarles cuán increíbles son...
Alterada? Sí!! Y a mucha honra
Y dice el Martín que dice él:
Un hombre alterado no es un loco. Suponiendo que a los hombres también nos consideren personas. Un tipo alterado es un hombre que está cambiando, por dentro, a pesar de que por fuera sigua siendo el mismo tipo de siempre. Y creo que fue Borges quien dijo que los únicos que nunca cambian son los tontos y los muertos.
Si bien es cierto que la mayoría de las personas "sufren" los cambios, hay tipos que disfrutan con ese sufrimiento, porque el dolor es la mejor señal de que es­tás aprendiendo.
Y si se puede convenir en que la mayoría cambia cuando no soporta más lo que le pasa, hay otros que eligen soportar más, y les siguen pasando las mis­mas cosas, por fuera, aunque por dentro alumbraron una nueva personalidad, que es como traer una nueva vida al mundo. Ya que no las podemos engendrar físicamente, al menos nos queda ese consuelo. Porque hay tipos que eligen soportar más, para que los que están a su lado, soporten menos.
Así, el que hasta ayer volvía a su casa a las tres de la mañana, dando vueltas para escaparse de lo que creía un destino equivocado, empieza a volver a las 9:30, para cenar con los chicos. El que se fumaba un porro, o se pegaba un saque, o se chupaba siete whiskys por noche, ahora lee siete libros por mes. El que maneja una empresa sin consultar con nadie, empieza a conversar con sus hijos para explicarles cómo deben decidir. El que no soporta a la suegra, em­pieza a saludarla y a preguntarle cómo anda, y escucha la respuesta. El que hacía gimnasia para bajar la panza, empieza a comerse un asadito con los amigos de la infancia, para ver en qué nos cambió la vida. Y deja el gimnasio, y el pucho, por las dudas que pase algo.
Y el que tenía una amante, le explica que en la vida hay que hacerse cargo de las decisiones que se toman, aunque sean un error, y aunque se le desgarre el corazón por esa piel y esos ojos que lo hacen vibrar como en la pubertad. Por­que en la vida jugamos distintos roles, y ser esposo puede ser un error corregi­ble, pero no ser padre es un error imperdonable.
En el medio, te van tratando de "pirado", baboso, impotente, fracasado, inma­duro, egoísta y por supuesto, de un insulto que algunos creen elogio: Machista.
Pero no todo es negro: Si bien, estas cosas son recibidas con cierta tristeza por algunos de los que nos rodeaban, como las ex amantes, o los amigos de la noche, o los analistas, porque pierden un paciente, otros no entienden muy bien qué es lo que pasa, pero disfrutan el cambio.
Y no es fácil descubrir que tenés que hacerte cargo. Por mucho tiempo pensa­mos que lo mejor hubiera sido haber tomado otras decisiones, o no haber deci­dido. Hoy, que sabemos que hasta los más poderosos tampoco duermen bien, estamos más contentos con nosotros mismos. Al menos tenemos hijos, no herederos.
Y aceptamos lo que no nos gusta, y no sólo los impuestos o el auto que mane­jamos.
Y lo logramos.
En estos años, habemos tipos que hemos cambiado mucho.
Antes estábamos obsesionados por ganar más plata, cambiar el auto, hacer la casa y conseguir minitas.
Ahora, estamos menos estresados porque conseguimos logros "más sutiles, ingrávidos y gentiles", como decía el Nano, ya no tenemos culpa por los errores del pasado, y nos sienta recómoda la pancita.
ES BUENO SER HOMBRE, y poder cambiar. Porque nos quedamos en el Ti­tanic, para que otros se salven. Podemos hacernos cargo de las tareas de nuestras empleadas, que están "en esos días", o tienen tránsito lento. Viajamos en colectivo, porque los taxis no nos paran. Seguimos usando el mismo traje de hace siete años, aunque no nos prenda muy bien, y no nos compramos ropa.
Podemos escuchar a un amigo contarnos que no se banca a la esposa, y darle el único consejo que se nos ocurre: "dejate de joder...", o mirar a alguien del sexo opuesto, imaginarla desnuda, como corresponde, y no entender cómo puede ser que semejante minón esté tan obsesionada con esa celulitis, que le queda tan bien. Y nada más que eso.
Hay veces en las que un momento de soledad, realmente puede resolver nuestros problemas. A veces, seguimos arrepintiéndonos de habernos puesto aquél anillo, pero ya no tanto, porque algo aprendimos. Podemos deducir qué busca una mina, con tan sólo mirarle los zapatos. Podemos hacer comentarios sobre cuán tontas son las mujeres en su presencia, porque no están escu­chando de todas maneras.
Hombres:
Sonreímos cuando queremos sonreir, gritamos cuando no queremos, cantamos cuando queremos cantar, y lloramos cuando estamos felices, y también cuando estamos tristes, y a veces no se nos ven las lágrimas. Luchamos por lo que queremos, y por lo que creemos que es bueno y justo. Tomamos un "no", como una de las tantas respuestas posibles, y buscamos una mejor solución. Anda­mos con los mismos zapatos de siempre, y vendemos el auto para que nues­tros hijos estudien. Tomamos un café con un amigo asustado. Amamos profun­damente, apasionadamente, a veces calladamente, y siempre aceptamos las condiciones. Soñamos con que nuestros hijos sobresalgan, y lloramos cuando lo logran, y los animamos para que tengan más amigos, y que los ayuden para que ellos también lo logren.
Se nos rompe el corazón cuando se muere un amigo. Algo se rompe dentro nuestro cuando se rompe una familia y cuando no damos más, y lo hemos per­dido todo, aprendemos algo, ponemos primera y arrancamos otra vez. Y sin tomar pastillas.
Sabemos que un beso y un abrazo pueden curar un corazón herido
Los hombres venimos de todos los tamaños, colores y formas. Cocinamos, lim­piamos, planchamos, aunque nunca tan bien como ellas, y escribimos por co­rreo electrónico para demostrar cuánto nos importa alguien.
El corazón de un hombre es lo que hace que el mundo no se detenga. Los hombres hacemos más que traer dinero a la casa, traemos paciencia y espe­ranza. Nos compadecemos de los más débiles, y luchamos por nuestros idea­les. Recibimos apoyo moral de nuestros familiares y amigos, y aprendemos de eso.
Y seguimos adelante, aunque se nos desgarre el corazón por aquella piel y esos ojos que nos hicieron vibrar como en la pubertad.
Alterado? No!! Simplemente cambiando!!!, y aprendiendo...
Y dice el alfio. GRACIAS MARTÍN

01 marzo 2009

LEVANTO MI COPA. SALÚ..!!

¿Qué mano habrá tejido el entramado que nos unió, hermano?
¿Qué viejas manos callosas, cariñosas y baquianas en el antiguo sendero de la ternura (nombro a Adriana, tu madre y la Pila, la mía) habrán manejado el telar para crear esta urdimbre que nos tiene siempre uno al lado del otro.
Esta manera criolla y pedestre de querernos debe tener algún antiguo origen.
En fin. Hoy: un día después del 28 de febrero, día de tu cumpleaños, levanto mi copa agradecida y brindo a tu salud, hermano que me dio la vida. Y hago público este cariño que me eleva y ennoblece. Un abrazo grande de parte de Amancay y Josefina. alfio
Salú.