LOS PÁJAROS
haced silencio ahora, un silencio profundo,
detened los relojes,
las máquinas, los trenes,
para que pueda abrirse mi canto sobre el mundo,
mi canto de los pájaros, esos mágicos seres.
apagad los clarines que inician las batallas,
acallad los tambores que acompañan la muerte,
dejad que me comprendan obreros y soldados,
y los niños que yacen bajo grises paredes.
para vosotros digo mi canto de los pájaros,
para vosotros taño mi vieja flauta verde
la que una vez, de niño, corté en la cañavera
junto al sereno río con álamos y peces.
de los azules dedos de Dios, en la mañana,
han salido las cosas, han brotado los seres,
pero del alma misma de Dios, de su mirada,
han nacido las formas de las aves silvestres.
bajo la suave y tibia penumbra de esta noche
yo los nombro, y la luz nace en mí, de repente,
porque las aves traen el cielo hasta nosotros
más que todos los rezos rezados por las gentes.
ningún milagro tuvo más noble jerarquía,
ningún milagro, nada, más hermoso que éste:
que la pesada carne que todos compartimos
sea flor en el aire, sea música y vuele.
Beethoven niño iba paseando entre los bosques
que el ancho rhin duplica en su espejo luciente,
y negros ruiseñores bajaban por su oído
hasta el lugar del pecho donde mana la fuente.
Chopin, con suaves dedos gastados por las teclas,
-sobre la sien un bucle de pelo adolescente-,
recogía los trinos brillantes de la alondra
para que luego el piano cantase dulcemente.
¿de dónde Bach obtuvo la fuerza de su canto?
¿dónde aprendió su clave de arpegios celestes?
¿qué río de pinzones, qué vientos de estorninos
hasta las puras manos bajaban de su frente?
Francisco, el poverello de Asís, los comprendía,
las tórtolas recuerdan su olor a hierba leve,
sus grandes, claros ojos de lágrima y gacela,
y su voz como sombra de encina y roble verdes.
Guillermo Enrique Hhudson vivió en su compañía
en pampas argentinas o en boscajes ingleses,
buscando el paraíso guardado por el ángel
lo encontró en las criaturas aladas y silvestres.
vosotros hombres fríos, de labios apretados,
odiados, por el fuego, por el mar, por la nieve,
destructores de vida, cavadores de fosas,
sabed que en toda fronda habrá pájaros siempre.
Y disfruten de un juglar llamado Mario Díaz y este tema maravilloso que habla de los depredadores de dos patas que asolan el monte y saquean sus trinos para luego vender ese maravilloso canto, enjaulado. Por una pocas monedas.
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