25 julio 2010

CUALQUIER DÍA MIS AMIGOS TIENEN LAS PUERTAS ABIERTAS

No me preocupa demasiado el asunto de la fecha, pero me motivó y recordé este poema de Armando Tejada Gómez que recordábamos con mi querido compadre Chito cada vez que encendíamos un fueguito pa' quemar algo y reunirnos con los amigos alrededor de la acogedora mesa de Eduardo. Vaya mi cariñoso recuerdo para Claudio Sánchez, el Pato, el Yayo, Ocasionalmente el Martín. Además In memorian levanto mi nostalgia en la copa para brindar con el Chito que siempre anda a mi lado... corrigendo lo que hago, obviamente.


Milonga de los asados
Cuando el día clava el cacho
igual que un toro cansado
y se va yendo la tarde
detrás del último pájaro,
veo venir los amigos
por el crepúsculo manso
y un fino polvo de júbilo
se levanta de sus pasos.
En la leña, quema avispas
el corazón del quebracho.

Ahí viene Jorge Perino,
overol condecorado,
las manos de amasar fierros
en su oficio de mecánico.
Antonio López, neuquino,
mapuche en los medanales,
llega de ordenar los vientos
por El Chocón proletario.
El flaco Canelles viene,
cordobés del Cordobazo:
trae en su paso sereno
el rumor de los plenarios.
María Elena Moyano,
mendocina hasta la enagua,
que, como la yerba mora
desciende del agua clara
y mi compadre Andrés Tello,
por encima de los pájaros,
se sueña hornero y despierta
sobre el ala del andamio;
que en este país que somos
ya tiniebla, ya relámpago,
la amistad celebra misa
en el ritual del asado.

La noche, madre del humo,
riega sombras por el patio
donde, lento como el tiempo
sueña a chicharra el asado.
El vino, padre del sueño,
despierta de su letargo
y entra como un río nuevo
al secadal de la sangre.
En cada vaso de vino
hay siempre un trago de marzo.

Uno viene de la vida
con la ternura a destajo,
esquivando a la tristeza
que lo quiere solitario.
Uno anda comiendo sombras
por los rincones del alma
tropezando con la muerte
y cuerpeando a la nostalgia,
hasta que funda un amigo
sobre un nido de palabras
y entonces parte y comparte
la soledad por mitades.
Uno no es hombre de golpe:
va siendo, como la rama
y se va haciendo entre amigos,
semejante y semejanza.

Cuando mi argentina gente
se reúne en los asados,
enseña un modo de ser
generoso y solidario,
porque el que asa para él solo
suele morir de arrebato
y aunque le saquen la brasa
lo mismo queda pasmado.
Son las vueltas de la vida
y a vueltas se hace el asado.

Cuando la luna curiosa
se sube a los altos álamos,
me gusta cantar a dúo
y compartirme en el canto.
Entonces me crece el sueño
de un día no muy lejano
en el que mi pueblo macho
amanezca liberado.
¡Va a ser de ver por el cielo
el humo de los asados!

En Canto Popular de las Comidas. Premio Casa de las Américas. Cuba.1974.

No hay comentarios: