Como todas las estrellas, siguen brillando muchísimo tiempo después de haberse apagado.
El pasado cinco
de agosto toda la prensa habló de vos. O casi toda.
En algunos
canales se repuso tu vida en imágenes. Y algún memorioso recordará tu voz
entonando "Happy Birthday Mr. President" con el que le regalaste
los oídos a Kennedy.
Hace medio
siglo que partiste al silencio. Para los archivos policiales tu muerte se
reduce a un número, el 81.128. Para el resto, y como dijo tu idolatrador
Terence Moix murió un sueño. Y esto es, ni más ni menos que el homenaje al
sueño de todos los hombres del mundo. -Así escribía para la revista RAGAZZA,
Norma Ruiz.
"Marylín
fue la aventura de todo hombre de Norteamérica. Marylín Monroe era rubia, y
bella, y tenía una vocesita dulce y vulgar, y toda la pulcritud de los pulcros
patios traseros de Norteamérica. Ella fue nuestro ángel guardián, el dulce
ángel de la sexualidad." HENRY MILLER.
Como Lady Di, Marilyn
Monroe tenía 36 años cuando murió. También como la princesa de Gales, la
promesa de Hollywood era rubia, hermosa y deslumbrante, pero una mujer
angustiada y sometida a una extrema presión.
En la
medianoche del 5 de agosto de l962, el ama de llaves vio luz en la habitación
de Marilyn. Tres horas más tarde, cuando la luz continuaba encendida trató de
abrir la puerta pero estaba cerrada por dentro. Llamó al médico personal de la
actriz, Ralph Greeson, quien tampoco logro entrar a la pieza ni recibir
respuesta a sus llamados. Con la ayuda de otro médico, Greeson logró finalmente
ingresar tras romper un vidrio de la ventana. Eran las cuatro de la mañana.
Allí se
encontró con una dura escena: Marilyn Monroe yacía desnuda en su cama, con el
teléfono en la mano, un frasco de barbitúricos vacío en el velador y unas
cuantas píldoras esparcidas en el suelo. El médico forense que le realizó la
autopsia señaló que “no fue una muerte natural”. Desde entonces se ha hablado
de suicidio, homicidio y de exceso de barbitúricos.
Su jefa de
relaciones públicas, Pat Newcomb, llegó a la residencia de la actriz cerca de
las siete de la mañana y llorando grito enfurecida a los fotógrafos:
“buitres... buitres... sigan fotografiando”.
Norma Jean
Baker como en realidad se llamaba, había nacido en Los Ángeles el 2 de Junio de
1926. Había pasado su infancia entre orfanatos y adopciones, y en la búsqueda
del amor pasó por tres matrimonios: Con Jim Dougherty -tenía sólo 15 años
cuando se casó-, Con Joe Di Maggio -jugador de béisbol con el que estuvo casada
nueve meses-, y con el dramaturgo Arthur Miller.
Su carrera
profesional incluyó fotografías para calendarios y portadas de revistas y la
actuación. Primero en papeles de poca importancia y luego en películas que la
consagraron, como “Niagara” y “Los hombres las prefieren rubias”.
Se dice que
nunca pudo sobreponerse a su tercera ruptura matrimonial. Su inestabilidad
emocional comenzó a interferir en su trabajo. Nunca fue puntual y a veces
llegaba varias horas atrasadas a las grabaciones, lo que hasta entonces se le
había perdonado. Pero dos meses antes de morir, la 20th Century Fox la
despidió y la demandó por dos millones de dólares.
Así estaban
las cosas cuando Marilyn se murió.
Por eso dolió
tanto su muerte en todo el mundo. Ni el Vaticano estuvo indiferente a su
fallecimiento. Declaró que Marilyn había sido “víctima de una mentalidad, una
costumbre de una concepción de vida que hace de uno un símbolo”. En Moscú se
decía que la culpa era de “Holliwood que la había creado para matarla”.
Marilyn Monroe
es un mito. Por eso se la recuerda no como una mujer angustiada que murió por
exceso de barbitúricos -por causas aún no aclaradas-, sino como una figura
sensual, intensa y frágil, que llegó a los corazones de todo el mundo. Lo
dicho: como Lady Di.
"Marylín
fue la aventura de todo hombre de Norteamérica.
-decía HENRY MILLER- Marylín
Monroe era rubia, y bella, y tenía una vocesita dulce y vulgar, y toda la
pulcritud de los pulcros patios traseros de Norteamérica. Ella fue nuestro
ángel guardián, el dulce ángel de la sexualidad." .
“Así
como Rita Hayworth fuera diosa a lo largo de los años cuarenta, por obra y
gracia de los señores de Hollywood,
para ser la diosa de los cincuenta, Marylin fue corregida. Tenía
párpados gordos y papada, nariz de punta redonda y demasiada dentadura:
Hollywood le cortó grasa, le suprimió cartílagos, le limó los dientes y
convirtió su pelo castaño y bobo en un oleaje de oro fulgurante. Después los
técnicos la bautizaron Marylin Monroe y le inventaron una patética historia
para contar a los periodistas. Y por si todo eso fuera poco le dijeron sé
natural.
A
partir de eso, la nueva Venus fabricada en Hollywood ya no necesita meterse en
cama ajena en busca de contratos para papeles de segunda en películas de
tercera. Ya no vive de salchichas y café, ni pasa frío en invierno. Ahora es
una estrella, o sea: una personita enmascarada que quisiera recordar, pero no
puede, cierto momento en que simplemente quiso ser salvada de la soledad.”
(Eduardo
Galeano)
Señor (dice como rezando Ernesto Cardenal)
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con
el nombre de
Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los
9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta
el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y
archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: Wrong Number
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!
Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los
9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta
el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y
archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: Wrong Number
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!
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