Arnoldo, como una muestra de mi inefable respeto por tu accionar te regalo este escrito:
EL HOMBRE QUE PLANTABA LEONES
Erase una vez un campesino que un
día, en vez de frijoles, decidió sembrar leones en su campo.
-Pero, ¿qué sentido tiene cultivar
leones? -decían sus vecinos.
-En el momento de la cosecha os
daréis cuenta. -respondía nuestro campesino.
Llegó la primavera. Pero en su campo
no crecieron leones sino conejos. Los vecinos no paraban de reír.
-No tiene frijoles , pero en
compensación tiene conejos que le devoran todo lo que crece en su campo.
El hombre no se desanimó. El próximo
año volvió a sembrar leones, y de nuevo co¬sechó conejos. La gente reía.
Con el pasar de los años el asunto
dejó de ser divertido. Parecía normal que en aquella aldea en que todos plantaban
cosas útiles y comestibles, hubiese un excéntrico que sembraba leones y cosechaba
conejos.
Cuando el campesino murió, su hijo
heredó el campo y sembró leones. Los vecinos empezaron a reír otra vez. Qué se
puede creer!... Y sus carcajadas se volvieron burlo¬nas cuando la cosecha fue
de conejos.
Entonces el hijo comprendió que debía
cesar. Plantó frijoles.
Los vecinos lo miraron con desprecio.
Sacudiendo la cabeza sentenciaron:
-Su padre sí que era un hombre...
sembraba leones. (*)
(*) Extractado de un reportaje y una
nota a EUGENIO BARBA, Director del Odin Teatret de Dinamarca. Traducción de
Luis Masgrau, aparecido en LA MAGA del miércoles 22 de Noviembre de 1995.
Tiempo después supe que Arnoldo Avena tenía esa carta en la sala de locución de su radio, la misma desde la cual hacía el programa "Arnoldo, la música, la calle". vaya desde acá este recuerdo sentido para este tipo que no me mintió. Lo cual le recuerdo una frase de Antonio Porchia: "Han dejado de mentirte, no de quererte; y a ti te parece que han dejado de quererte."P.D. Creo que este texto ya fue publicado antes, pero nunca habia contado esa historia.
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