25 enero 2010

DOLINA

Un par de cosas que tienen que ver con los medios, la manipulación, etc. extractadas de un reportaje que dio el Negro Dolina a Página/12 este domingo 23.



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–¿Cree que la sociedad actual, paradójicamente con mayores canales de información que nunca, es víctima inocente de ese sistema?

–Se confunde una lógica del desatino y un sentido común basado en falsedades o en razonamientos demenciales. El problema del Gobierno con el Banco Central se convierte en el centro de las conversaciones de todas las peluquerías. De pronto, tipos que como yo no sabían para qué sirve el Banco Central empiezan a expresar una opinión. La tendencia hace que la gente pase del desconocimiento más absoluto a la opinión más astuta. Porque, además, ni siquiera es una opinión cualquiera: la opinión que anda en la calle, la que recogen los noteros –esos cosechadores de desatinos– es ya una opinión llena de astucia, que ha ido y ha vuelto. Los que desconocen un asunto, lo primero que aprenden es la astucia, esa desconfianza que se representa con la guiñada de ojo. Es espantoso. Qué es esto de la astucia como virtud de los que desconocen un asunto.

–¿Pero esa relación entre sociedad y medios no existía treinta años atrás?

–Probablemente, quizá con menor potencia, pero a mí me parece que antes había algún escrúpulo. Hoy, los medios de comunicación o los empresarios que los manejan no tienen escrúpulo alguno. Periodistas hay de todo: buenos y malos, gente que no tendrá más remedio que decir lo que les dicen y otros que pensarán de esa manera. El inconveniente es que en este contexto la discusión política resulta innecesaria. ¿Para qué se necesita si ya con describir la realidad a través de un hecho policial se encuentra un discurso que genera indignación? ¿Para qué quiero hablar de política? No me conviene. Hablar de política es hablar del rol del Estado y señalar cuáles son las políticas del Gobierno y cuáles las de la oposición. Las políticas son acciones que llevan a un resultado. Por ejemplo: privilegiar el crecimiento del mercado interno es una política, tomar deuda es otra, hacer que el Estado intervenga para modificar las desigualdades que el mercado crea es una, dejar que el mercado dicte lo suyo es otra... No hay discusión política porque hay sectores que prefieren que no la haya. ¿Y entonces de qué hablan? De que le afanaron al cuñado. Nadie dice de dónde proviene la desigualdad social, el desamparo, que crea una circunstancia social donde la delincuencia es un elemento que se filtra.

–Hay estadísticas que demuestran que la pobreza no es sinónimo de delincuencia, sino que hay otros factores como la desigualdad social, la redistribución del ingreso o el nivel de corrupción o impunidad, que generan las condiciones para que la violencia social surja.

–Es que esta gente cree o quiere hacer creer que la delincuencia proviene de los sectores más humildes. Por eso hay que discutir sobre los daños de los delitos que cometen los poderosos, que incluso tienen aceptación social. Las empresas toman créditos por encima de sus posibilidades y generan un quilombo infernal a la economía doméstica de millones de tipos, y el Estado sale a rescatarlos. El prejuicio de la pobreza como base de la delincuencia es propio de los poderosos. También me da por pensar que, después de todo, son tantas las agresiones y los delitos perpetrados contra los que menos tienen que hasta diría que la clase media la está sacando barata: la reacción podría haber sido mucho peor.

–Después de este reportaje no va a faltar quien diga que es kirchnerista.

–No soy kirchnerista. No digo que sea un desatino estar en contra del Gobierno. El desatino es estar en contra del Gobierno por eso y no por otras cosas. Yo también encuentro en la gestión ciertos perfiles muy criticables. Probablemente el Gobierno no hizo todo lo que podía hacer respecto de la inseguridad, pero no ha sido peor de lo que han hecho otros gobiernos. Tampoco creo que la inseguridad actual sea peor o significativamente mayor a la que hubo históricamente. La inseguridad no es un tema a partir del cual se pueda describir una situación política.

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