Ayer paso apurada
toda de negro,
grácil y glamorosa.
La piel blanca y suave,
casi transparente.
Me quede frío
Cuando la vi de frente.
Dedos largos y delgados
como viejas cepas,
de fincas abandonadas.
Palos secos agrisados
por los siglos.
Adornados con
uñas gruesas y afiladas,
brillaban bajol sol
como cuchillas aceradas.
Los ojos hundidos
que no dicen nada,
me senté a mirarla.
Ya no da miedo,
ya no me espanta.
Me pregunte entonces
Que le pasa a la muerte
Que anda sola y triste
dando vueltas.
Sin saber donde
caerse muerta.
Arkcangel
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