Si equivocado estoy no digas nada
Yo soy el que enfrenta con la duda
y anda en un aire lento de guitarras
vidalitero pálido de música, vidalitero triste
hondero pampa solitario hasta el hueso
que en procura de un eco prisionero en la distancia
suelta palomas que no vuelven nunca.
Que no pueden volver, pues la guitarra
Tiene la voz conforme a la ternura
y sólo el que se acerca desentraña
la gravidez secreta de sus curvas.
Y el decir es dolor. Cada mañana
se despierta la voz joven y pura
y cada noche se duerme desgarrada
por la espina sutil de las preguntas.
Yo canto en el desierto. Nadie pasa cerca
de mis chilcales y de mis tunas.
Nadie se acerca tanto a mi guitarra
y que entibie sus palomas moribundas.
Y ya se me han perdido tantas cartas...
Las enseñé a volar una por una
y a la vuelta del tiempo he reencontrado
las cartas rotas y las alas truncas
no obstante, cuando pasa solitaria
la noche en la piragua de la luna
me encuentra siempre y siempre
retornando descarriadas palabras a su música
Recibí con el ser esta porfiada vocación
de alumbrar, honda y oscura.
No se me dio más luz que un solo rayo
y el dueño de la luz casi me alumbra.
Sin embargo camino, sin embargo
rescato, mi guitarra de las brumas
y me resigno a ser crucificado
siendo la cruz del sur martirio y brújula.
Tiene que ser así. Vamos andando.
De tantas cartas ha de haber una
que encuentre al fin la puerta del cercado
y entre a girar sin pausa y sin premura.
Bastará que una llegue. Mientras tanto,
peregrino en el tiempo de mi música,
proseguiré hasta el pie de las auroras a reclamar mi luz
Quiero hacer una canción fundamental
para los hombres que esperan mi canción.
He de hacer una.
Alguna vez sentí la melodía.
Alguna vez la presentí desnuda,
palpitando a orillas del silencio
como una estrella. Alguna vez. Alguna.
Pero esa vez... se la llevó el pampero.
El ronco viento pampa arreando lluvias
la alzó en el anca gris de la tormenta
y la violó en su toldería oscura.
Desde entonces la nombro
Desde entonces la llamo: estrella !!
Y no me alumbra.
Cómo entonces. Señor, conformarme
Con los bichos de luz de tus llanuras.
A veces, puesto en hombre, y de a caballo,
blasfemé con la voz de mi amargura.
Y a veces, en gurí, maté luciérnagas
por saber si es mi luz esa que ocultan.
Tengo entonces las manos luminosas
de asesinar la candidez sin culpas.
Ya soy más bien que un hombre, una luz mala.
Más que una concreción, soy una angustia.
Si equivocado estoy no digas nada.
Yo soy el que enfrenta con la duda
y anda en un aire lento de guitarras
vidalitero pálido de música, vidalitero triste
hondero pampa solitario hasta el hueso
que en procura de un eco prisionero en la distancia
suelta palomas que no vuelven nunca. Carlos Di Fulvio
3 comentarios:
Güenas y santas paisano: muchas gracias por tomarse el trabajo de publicar esta letra. La estaba buscando! Sólo que me quedé pensando en lo que dice: "Si equivocado estoy no digas nada..." Y tentado a callarme me decidí a acotarle que este "letrón" es de don Osiris Rodriguez Castillo (Uruguayo) lo demás es de el Maestro Di Fulvio. Un caluroso saludo y a su disposición pa lo que guste mandar.
Hola. Realmente a esta altura es una de mentira decir que este hermoso poema es de Nelsón di Fluvio.
No solo lo dice ''asi nomás'' sino que parece que se lo ha cadau.
Mi saludo, y viva Osiris.
Efectivamente, también yo estuve creído que era de don Carlos Di Fulvio
al punto que lo envié, como propuesta, a un programa radial que, impactado
su conductor por esa letra, contactó a Di Fulvio quien lo primero que aclaró
fue que el no era el autor, sino que era de don Osiris Rodriguez Castillo,
de quien rescató otros temas motivos de su admiración por este extraordinario
autor Uruguayo a quien yo también admiro, aunque a él nada le sume jahh
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